Una pregunta ha perturbado las mentes de los nerds durante años: ¿realmente no es lo mismo Los Tres Mosqueteros que Veinte años después?. Sin importar todas las muchas interpretaciones de esa clásica aseveración, aquí estamos para descubrir la verdad.
Mi libro favorito es Los Tres Mosqueteros, era una genial aventura con personajes entrañables y villanos excepcionales, al leerlo sentí como si fuera una versión de Arma Mortal, o sea, una especie de Cop Buddy o Bromance.
Por supuesto que después de tan buen sabor de boca que me dejó Los Tres Mosqueteros quería tener más, quería continuar las aventuras de esos increíbles personajes, y por suerte, a diferencia de la mayoría de los libros, Los Tres Mosqueteros cuenta con secuela, la historia aún estaba lejos de concluir.
Veinte años después se desarrolla… adivinaste, veinte años después de los acontecimientos del primer libro. Y en tantos años muchas cosas han cambiado. Para empezar lo más lógico, los personajes son veinte años más viejos, en el libro ya están en sus cuarentas (estaban en sus veintes en Los Tres Mosqueteros, Athos era el mayor con 28 años). Y como suele pasar con cualquier amistad la vida los ha separado. D´Artagnán continúa en el cuerpo de mosqueteros, manteniéndose en el puesto de teniente que alcanzó al final de Los Tres Mosqueteros. Aramís finalmente cumplió lo que decía de convertirse en Abate, Porthos se casó con una vieja rica y Athos se retiró para recibir una herencia.
Otros personajes relevantes del primer libro también han cambiado: De entrada el Cardenal Richelieu murió hace algunos años, al igual que el anterior Rey, mientras que la Reina, Ana de Austria y antigua damisela en desgracia que recibió la ayuda de los mosqueteros, ha dejado atrás la inocencia y se ha convertido en una mujer soberbia que mantiene amoríos con el nuevo Cardenal (y villano en curso) Mazarino, quien vive a la sombra de la grandeza de Richelieu, a quien se le recuerda como un genio, minimizando a Mazarino al compararlos.
Rochefort, el antiguo henchmen de Richelieu está en la cárcel, el antiguo capitán de Mosqueteros, el señor de Treville, está retirado y Milady permanece muerta y sin cabeza… aunque su maldad volverá a alcanzar a sus enemigos.
La primera impresión que tuve en este libro fue una gran alegría, fue muy reconfortante regresar a leer las aventuras de estos personajes. La primera vez que D´Artagnán es nombrado es tan emocionante como cuando Gokú llega al planeta Nameku tras entrenar en la nave espacial. Pero de inmediato notamos que ya no es el mismo gascón de antes.
No sólo ya no es joven sino que está amargado, veinte años de servicio en el mismo puesto, viviendo al día y abandonado por sus amigos (incluído Rochefort, quien ya es amigo de él). D´Artagnán simplemente obedece órdenes porque ese es su trabajo, mientras recuerda con nostalgia aquellas aventuras con sus amigos, su lacayo Planchet y cómo hacía enojar al viejo Cardenal. Pero claro, no habría nueva aventura si no sucediera algo que lo traiga de vuelta a la carga.
Gracias a Rochefort, quien es mandado llamar por Mazarino y que recomienda a D´Artagnán para cualquier campaña, el gascón recibe la oportunidad de volver a brillar, esta vez de parte del Cardenal, quien le pide se encargue de destruir ciertas conspiraciones políticas que tienen al país al borde de una revolución (Revolución en Francia, jaja, eso nunca pasaría). Y el gascón le pide a Mazarino contar con el apoyo de sus viejos amigos por lo que se lanza a reencontrarlos.
Y así empieza una historia que se desenvuelve en varios frentes. Lo más interesante de este libro es el cambio en los personajes y la sensación de tensión al volverse a encontrar.
Por un lado da gusto verlos reunidos de nuevo, por otro el tiempo los ha cambiado y alejado, ahora son más materialistas (menos Athos), buscan la gloria económica, desconfían unos de otros y esa fuerte amistad parece rota (hasta llegan a temer que el otro le pida dinero prestado). Incluso terminan en bandos opuestos, D´Artagnán y Porthos con Mazarino y Aramís y Athos con los rebeldes (frondistas) lo que eventualmente los llevará a enfrentarse.
Por suerte su amistad es más fuerte que sus diferencias políticas e intereses personales y gracias a la bondad y sinceridad de Athos (por mucho el mejor personaje) logran recuperar su amistad en medio de la batalla (aunque siempre desconfié de Aramís, el menos amigo de los cuatro). Lo mejor de todo es que no quedarán en bandos opuestos siempre.
Un defecto del libro es que tiene muchos momentos irrelevantes para los cuatro amigos. Debido a su trasfondo de rebelión del pueblo, vemos a muchos personajes nuevos haciendo sus intrigas para derrocar al actual gobierno (en realidad sólo quieren fuera a Mazarino) y varios capítulos son dedicados a esos tipos que a nadie importan, dejando totalmente olvidado a cualquiera de los cuatro personajes principales, es en esos momentos cuando uno piensa: “No es lo mismo Los Tres Mosqueteros que Veinte años después”.
Pero afortunadamente las cosas cambian cuando cualquiera de los cuatro héroes entra en escena (o aún mejor, cuando los cuatro están juntos) y en esos momentos la historia avanza y no puedes dejar de leerla. Por causas de fuerza mayor Athos y Aramís van a Inglaterra para salvar al Rey que está por ser derrocado, al mismo tiempo Mazarino envía a D´Artagnán y a Porthos a Inglaterra para mostrar su apoyo a las fuerzas rebeldes (enemigos del Rey) y es en medio de esos dos bandos cuando los cuatro amigos deciden volver a estar juntos, D´Artagnán y Porthos se unen a Aramís y Athos, traicionando a Mazarino.
La parte del libro que se desarrolla en Inglaterra es lo mejor que hay. En ella tenemos a los cuatro amigos reunidos, junto a sus lacayos clásicos (ahora más relevantes) enfrentando a toda una nación para tratar de salvar a un Rey en desgracia, no por dinero sino por honor. Es en esta parte del libro donde D´Artagnán vuelve a brillar con intrincados planes, Athos revela sus debilidades a causa de su excesivo honor y Aramís se muestra más misterioso y cruel. Porthos fue y sigue siendo el comic relief pero es también el corazón del grupo, él refuerza los lazos de amistad y confía plenamente en sus amigos (y de hacer gala de una enorme fuerza cada que puede).
Además de enfrentar a toda la nación y de traicionar a Mazarino, deben luchar contra la venganza de Milady en la forma de su hijo Mordaunt, quien está con los ingleses rebeldes y desea vengar a su madre. Si bien nunca alcanza la calidad de Milady participa en los mejores momentos del libro.
La historia se desenvuelve de diversas formas, a veces es tan lenta que ni ganas dan de leerla, en otras es muy dinámica y la sangre hierve de emoción. En esos momentos es cuando piensas: “Sí es lo mismo Los Tres Mosqueteros que Veinte años después”.
Muchas cosas pasan al final, es de hecho ese final una de las peores partes del libro puesto que se siente apresurado y un gran personaje como Rochefort termina totalmente desperdiciado. Todo el libro muestra grandes añoranzas de lo que fue Los Tres Mosqueteros, se habla con gran respeto y admiración de Richelieu, se recuerdan las grandes batallas que vivieron los cuatro amigos y la sombra de Milady demuestra que tan genial fue esa villana.
Es un libro muy nostálgico pero esa era la idea, mostrar el paso del tiempo, el cambio de los personajes y cómo enfrentan su nueva situación, sus nuevos intereses, más centrados en lo material que en la gloria o la aventura, además que al final la amistad resulta lo bastante fuerte para triunfar. Aunque todo el tiempo recordemos Los Tres Mosqueteros al leer Veinte años después, este libro tiene sus propios méritos, si tan sólo Dumas hubiera hecho más entretenidas las partes donde no salen los cuatro amigos hubiera estado al mismo nivel, pero es una secuela más que digna. No mejor que la original pero gustará a cualquier fan de Los Tres Mosqueteros.
Volviendo al final, quizá no sea tan bueno como quisiera pero deja todo listo para su secuela… así es, Los Tres Mosqueteros es una trilogía y todo queda listo para conocer al hombre de la máscara de hierro en “El Vizconde de Bragelognne”, tercera parte de Los Tres Mosqueteros.
Para finalizar llego a la conclusión que sí es lo mismo Los Tres Mosqueteros que Veinte años después, al menos a nivel literario, el libro demuestra que aún si pasan los años y cambiamos en el exterior, cambiamos nuestras costumbres y parecemos otras personas, siempre queda en el fondo algo de lo que fuimos y si realmente nos enorgullecemos de lo que alguna vez éramos entonces nuestro viejo yo resurgirá. A nivel dicho sabemos que la frase simplemente significa que los años pasan y no podemos hacer lo mismo que antes, pero parece que Athos, Porthos, Aramís y D´Artagnán no recibieron el mensaje pues se lucen cuando es necesario y lo que pierden en juventud y vitalidad lo ganan en inteligencia y sabiduría por lo que esa famosa frase no tiene ya validez ya que: SÍ ES LO MISMO LOS TRES MOSQUETEROS QUE VEINTE AÑOS DESPUÉS.
Por cierto, Ana de Austria es una malagradecida.